El poder planificar las rutas en el transporte logístico, medir su rendimiento, y poder
encontrar puntos de mejora, es un paso crucial, ya que puede influir directamente
en la reducción de costos, dando un mejor uso a los recursos: combustible,
gastos de mantenimiento y mano de obra, y minimizar los tiempos de la cadena
de suministros, asegurando eficiencia en la entrega al cliente final.
Al momento de realizar este proceso, lo primero es tener en cuenta diferentes
factores, acá te contamos algunos:
1) Capacidad:
Se debe calcular la cantidad y tipo de vehículos que se necesitan para el transporte
óptimo de las cargas.
2) Condiciones del tráfico y la geografía:
Tener datos del tráfico de las rutas a usar, si en algún momento pueden generar
congestión, y cuáles pueden generar conexiones más eficientes, en el caso del
transporte OTM.
3) Restricciones y ventanas horarias:
Abarca desde tener claras las horas en las que se pueden hacer recogidas y
entregas de productos e insumos, hasta anticiparse en caso de que haya alguna
festividad que detenga las operaciones u otros motivos que puedan generar
retrasos como obras o mantenimientos en puertos, aeropuertos y carreteras.
Implementación:
Al tener los históricos de los datos, el siguiente paso es analizarlos en tiempo real, y
buscar los procesos que están aumentando el uso de recursos y que están
generando retrasos o gastando más tiempo de lo debido.
Ya con los datos anteriores, se debe realizar la implementación de los puntos de
mejora con anticipación, a través de una planeación estructurada, agrupando
procedimientos y fases de la cadena de suministros, para lograr agilizar el
movimiento de los productos y entregas finales.
¿Qué papel juega la tecnología?
Dentro de estos procesos, la tecnología tiene un papel fundamental, pues permite
hacer seguimiento a los procesos y generar informes de rendimiento, administrar
los inventarios desde la nube, también se pueden realizar rastreos a las rutas
de los vehículos en tiempo real, y a su rendimiento interno, ayudando a cuidar su
vida útil.
Un ejemplo claro de esto es el transporte multimodal, que combina diferentes
medios de transporte, haciendo un uso eficiente de las ventajas de cada uno,
dependiendo de la ubicación o servicio, y logra optimizar los tiempos a través del
seguimiento que se hace de todos los vehículos involucrados, y un control preciso
de las mercancías, y su estado.
¿Cuáles son los beneficios medibles de una correcta optimización?
1) Una mayor rentabilidad:
Como lo mencionamos al comienzo, ayuda a reducir los costos operativos, logrando
una mejora general en la eficiencia, y minimizando los tiempos operativos.
2) Mejor servicio al cliente:
Cuando logras optimizar las operaciones, también optimizas la experiencia positiva
de tus clientes, logrando entregas más rápidas y precisas. Lo que se traduce en
fidelidad hacia la marca.
3) Reducción de huella de carbono.
Así es, el medio ambiente también se verá beneficiado con la optimización de tus
operaciones logísticas, pues el uso eficiente de los recursos contribuye a la
sostenibilidad al disminuir las emisiones de gases.